Cómo diferenciar entre una abeja y una avispa
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Todos sabemos que las abejas y las avispas son insectos distintos pero aún así pueden ser tan similares que solemos confundirnos. Además, su tamaño y el movimiento constante de sus alas no permiten que podamos observarlas detalladamente; solo cuando se encuentran quietas, posadas en alguna flor, rama, ventana, nuestra camisa, entre otros lugares, podemos admirarlas con detenimiento.
Para diferenciarlas podríamos decir que las abejas producen miel y las avispas no lo hacen. Sin embargo, esta no es una característica que se pueda observar a simple vista si no estamos cerca de una colmena. También podemos afirmar que la avispa es más agresiva que la abeja, pero no es algo que queramos corroborar. Por ello, a continuación te mencionaré sus rasgos físicos más relevantes para que te sea más fácil diferenciarlas.
Cabeza, color y cuerpo
La forma más fácil de diferenciarlas cuando no están en movimiento es por el color de su cabeza. Si es amarilla se trata de una avispa, si es negra es una abeja. A pesar de poseer colores parecidos en sus cuerpos, las abejas presentan una combinación de colores negros, amarillos y dorados, mientras que las avispas poseen negro y un amarillo más parecido al anaranjado.
Hablando de cuerpos, las abejas lucen más gordas porque su abdomen está casi unido con su tórax. Por su parte, las avispas tienen una división que hace que su cintura luzca delgada y definida. Ambas poseen pequeños vellos en el abdomen, pero los de la avispa casi no se notan mientras que los de la abeja son mucho más abundantes.
A diferencia de las avispas, las abejas forman enjambres. Así que es más común observarlas en grupo o ver varias reunidas en un mismo lugar. Aunque no es recomendable acercarse demasiado, si observamos con detenimiento descubriremos que sus panales también son distintos, ya que están hechos con diferentes materiales. Las abejas crean sus panales con cera que ellas, concretamente las obreras, secretan por el abdomen; las avispas construyen su panal con barro y madera previamente masticada por ellas mismas.
Curiosidades que tal vez no sabías
Hay quienes dicen que cuando una abeja te pica se muere. Este hecho es cierto porque se le desprende el aguijón y la glándula que contiene el veneno. En contraposición, las avispas pueden picarnos cuantas veces quieran sin sufrir ningún efecto secundario, ¿injusto, no?
Es un hecho conocido que las abejas son herbívoras (succionan néctar de las flores como alimento), pero ¿sabías que las avispas son carnívoras? Por eso tienen unas fuertes mandíbulas. Los aguijones de las avispas y de las abejas tienen formas distintas, aunque se necesita una lupa o lente de aumento potente para poder observar ese pequeño detalle.
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