Cómo resolver un cubo de Rubik
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El cubo de rubik es un rompecabezas tridimensional que se popularizó en Europa y en el resto del mundo en la década de los años ochenta. Este cubo de seis colores resulta imposible de resolver para muchos. Otros han podido resolverlo en cuestión de segundos, todo depende de la práctica y de algunos trucos. Si tienes este juguete y nunca has podido armarlo correctamente, te diremos cómo resolver un cubo de Rubik, siguiendo estos pasos:
Conoce el cubo de Rubik
Para aprender a resolver un cubo de Rubik es importante que sepas cómo se distribuyen los colores. El lado amarillo está opuesto al de color blanco, el verde está colocado opuesto al azul y el naranja al rojo. Las casillas que se encuentran al centro son las únicas que no son móviles.
Nuestro primer objetivo para aprender cómo resolver un cubo de Rubik es juntar las casillas blancas en forma de una cruz. Busca una casilla blanca, donde la casilla central sea amarilla. Gira el cubo hasta que la casilla blanca que encontramos esté junto a la casilla blanca central. Repetimos el proceso con las demás hasta que todo el lado blanco esté completo.
Como verás, al resto de los lados les falta poco para completar su color. Dependiendo de cómo quedó tu cubo, continúa girándolo hasta terminar con el lado que seleccionaste. Fíjate bien en tus próximos movimientos porque no queremos perder todo el progreso del cubo.
Termina las últimas casillas
Es la parte más difícil para resolver un cubo de Rubik porque quedan pocas casillas por juntar. No te preocupes en este momento si mueves algún lado ya terminado. Si cuidas tus movimientos podrás colocarlo de vuelta. Mantén la paciencia, que ya estamos a finalizando y podrás resolver un cubo de Rubik.
Una vez hayas terminado en completar el cubo, registra el tiempo que tardaste en realizarlo. Podrían ser minutos, horas, hasta días. Lo importante es que lo deshagas y sigas practicando, y verás que podrás resolver un cubo de Rubik es un par de minutos.