Cómo hacer buttermilk casero
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El buttermilk es uno de los ingredientes principales de la pastelería inglesa y norteamericana, contrario a lo que su nombre indica, este no contiene nada de mantequilla. Aunque si se obtiene del líquido que desprende la mantequilla en su proceso de fabricación. Pese a ellos es un ingrediente bajo en calorías. En el método de su fabricación se reducen todas las grasas que quedan en la mantequilla.
Este suero de mantequilla contiene mucho calcio y proteínas, por lo que es un alimento completo que suele ser indicado, incluso en dietas para personas intolerantes a la lactosa. En la repostería, suele utilizarse para que los bizcochos queden más esponjosos. Mejora la textura al reaccionar su acidez con la del bicarbonato de soda. Además de que mejora el sabor de los pasteles.
Este producto en ocasiones no es tan fácil de conseguir en el mercado y más si no vivimos en Estados Unidos. Muchas veces pese a conseguirlo costearlo para que cada receta nos quede esponjosa, tampoco es buena idea. Es aquí donde nos preguntamos cómo hacer buttermilk casero y te tenemos la respuesta.
Receta de buttermilk casero
Para esta receta necesitamos solo dos ingredientes:
-250 ml de leche líquida.
-15 ml de jugo de limón (o puedes utilizar vinagre de manzana o vinagre blanco).
Preparación
En una cazuela vas a calentar la leche un poco. No es necesario llevar ebullición. Lo ideal es que, al tocar la leche con el dedo, esta no te queme, pero tenga unos grados más que la leche natural. En ese momento, retiras del fuego y le colocas el jugo de limón, o en su defecto, el vinagre si no tienes limón. Dejas reposar la mezcla unos 20 minutos. Pasado ese tiempo, notarás que comienza a “separarse”. Verás una parte más gruesa y otra más líquida. Solo deberás batir ligeramente y tendrás lista tu buttermilk casera lista para usar.
Por cada 250ml de leche, agregas 15 ml de jugo de limón y podrás hacer suficiente buttermilk para tener a la mano en tus recetas. Te en cuenta que esta receta bien refrigerada puede durar hasta una semana. Puedes guardarla en un envase de vidrio para que se conserve durante más tiempo.
Este ingrediente es especial para recetas Red Velvet, sobre todo los cupcakes. También puede usarse en pasteles de chocolate, panecillos y pancakes. En Estados Unidos se usa para recetas saladas como pollo frito y ablandador de carne.