Cómo curar los callos en los pies

Los callos en los pies son una de las condiciones de la piel más comunes en personas de todas las edades. Si recientemente notaste que estos engrosamientos de tu epidermis están empeorando, es momento de que te informes acerca de cómo curar los callos en los pies.

¿Dónde suelen aparecer los callos?

El término médico por el que se le conocen a los callos es la hiperqueratosis. Esta se refiere a la acumulación de células muertas en la epidermis de nuestros pies, aunque también pueden aparecer en las manos. Algunas de las zonas más comunes en las que los callos suelen depositarse son: la planta del pie y los dedos. Sin embargo, esta condición no aparece en absolutamente todos los dedos, sino específicamente en el cuarto y quinto. La ubicación de estos callos se debe a que nuestros dedos están en constante contacto con el interior del zapato, por lo que es muy común que tanto el roce, como el sudor generen cambios en la estructura de nuestra piel.

Si alguna vez notas algunas superficies duras sobre la epidermis de tu pie o ciertas acumulaciones en dicha zona, te encuentras frente a los populares callos. Por ello, es realmente importante que sepas cómo curarlos sin tener ni siquiera que visitar a un médico.

Remedios caseros para eliminar los callos

Para curar los callos en los pies comenzaremos por ofrecerte una técnica casera que podría serte de gran utilidad. Lo único que necesitarás será agua y una piedra pómez, la cual podrás conseguir en cualquier centro estético o farmacia. Al tener los ingredientes a la mano, busca un recipiente lo suficientemente ancho y hondo y agrega agua caliente. Una vez hecho esto, sumerge cómodamente el pie afectado por callos y déjalo reposar durante un total de 10 minutos. Este paso permitirá que la epidermis se ablande y, en caso de que el callo sea duro, cambie por completo su estructura.

Cuando haya acabado el tiempo, busca la piedra pómez y, sin retirar tus pies del agua, frota con mucho cuidado en cada una de las zonas en las que presentes callos. Al finalizar lo único que tendrás que hacer será retirar tus pies del agua y secarlos. Por supuesto, no olvides desechar el agua utilizada, puesto que esta tendrá piel muerta en su superficie.

En caso de que no puedas adquirir una piedra pómez para realizar la receta casera anterior, ¡tranquilo! Adquiere algunos limones en el supermercado y pícalos a la mitad. Cuando tus pies se encuentren completamente limpios, toma uno de los trozos de limón y apriétalo completamente para que su jugo se ubique en el callo que tanto dolor te está provocando.

El jugo de limón permitirá que la piel muerta desaparezca y, además, favorecerá al crecimiento natural de tu epidermis en la zona afectada. Al terminar el proceso espera que tu pie se seque y evita exponerte al sol, de lo contrario podrías provocarte manchas en la piel. Este remedio casero no ofrece resultados inmediatos, por lo que te recomendamos repetir los pasos un total de 3 veces al día.

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