¿Cómo aprender a escuchar a los demás?

Tal vez te han hecho el siguiente reclamo “¿es que tu no escuchas?”, “¡te lo acabo de decir!”, “¿no entendiste?”, “no se puede hablar contigo”. Es entonces momento de recapacitar y pensar si sabes escuchar a los demás. Todas las personas que tienen el sentido auditivo desarrollado pueden oírse, pero la tarea de comprender muy pocos lo hacen.

Cuando caminas por la calle y te tropiezas con otras personas te disculpas sin recibir respuesta. También pides permiso para bajar de un transporte público y la gente no se mueve. O le hablas a una persona que contrataron para atender a clientes y te responde de manera grosera. Resulta que ninguna de estas personas sabe escuchar a los demás. Sin una comunicación efectiva los niveles de estrés se disparan.

¿Cómo aprender a escuchar a los demás?

Tips para aprender a escuchar a los demás

Comunicarnos no es cuestión solo del sistema auditivo, el cuerpo habla más que nuestras palabras. Los sordos pueden comunicarse entre sí con eficacia, gracias a su lenguaje de señas que es netamente corporal. Si deseas aprender a escuchar, sigue las siguientes pautas.

  • Escúchate. Eres la primera persona a quien debes escuchar. Si te encuentras con una situación negativa, analiza por qué está viniendo a ti. Una forma de escucharte es hacer el ejercicio de “consultarlo con la almohada”. Es una manera eficaz de internalizar las decisiones que debes tomar.
  • Está siempre presente. Muchas veces divagamos en nuestros pensamientos. Para cuando nos damos cuenta, ya estamos acostados en la cama y el cansancio nos vence. Caminar del cuarto a la cocina y olvidar lo que iba a buscar es una señal enviada por el cerebro para que entiendas que estás divagando.

¿Cómo aprender a escuchar a los demás?

Sutileza y atención

  • Deja que hablen, aunque sientas que están siendo groseros, mentirosos o muy despectivos. Muchas veces, las personas, consciente o inconscientemente solo buscan un enfrentamiento. Muchas veces no sabes que quieren decir, si no terminas de escuchar. Puedes terminar haciendo conjeturas erróneas.
  • La regla de las cuatro oraciones. Ante una posible discusión, tantea el terreno. Si la otra persona no recapacita y se calma en cuatro oraciones, no entrará en razón. Recuerda “Para formar una discusión, se necesitan dos”. Si no respondes a las amenazas verbales, la persona se sentirá desarmada.

Más del 80% de los problemas del ser humano promedio parten de una mala comunicación. Las constantes peleas y las disputas son una muestra de ello. Si logramos entender que una buena comunicación es esencial para nuestra vida, seguro no veríamos la vida tan complicada.

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