¿Cómo retrasar el proceso de envejecimiento?

¿Cómo retrasar el proceso de envejecimiento?

El envejecimiento es una condición natural de todos los seres vivos y es quizá lo único de lo que tenemos certeza al nacer, por lo tanto debemos poner en práctica las medidas necesarias para retrasarlo o vivirlo de forma que no afecte o limite localidad de vida.
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Desde el momento de la concepción cada ser humano recibe información genética de sus padres, que a su vez proviene de generaciones anteriores en la cual se define no solo cuáles serán los rasgos físicos del nuevo ser, sino además cuáles enfermedades va a padecer, cuantos años puede llegar a vivir y cuál es su riesgo de morir por enfermedades como la diabetes, los infartos o el cáncer.

Para suerte de muchos la información genética no necesariamente de expresará en todos los casos, muchos genes necesitan de condiciones ambientales específicas para que puedan manifestarse las condiciones que ellos codifican. Por lo que aquí se presenta la oportunidad de disminuir ese riesgo y envejecer de forma más saludable.

Lo más importante para encaminarnos a un envejecimiento con el menor impacto posible sobre la salud es tratar de mantener un estilo de vida saludable, esto ayudara a prevenir la aparición de muchas  enfermedades crónicas capaces de afectar seriamente la calidad de vida.
Si bien hay muchas cosas que puedes hacer para ser más saludable no todas tienen impacto sobre la forma de envejecer por lo que traemos la lista de los 5 cambios en el estilo de vida que realmente te ayudaran a envejecer más saludablemente.
1.      Practica algún tipo de actividad física regularmente.
El ejercicio físico regular es el cambio en el estilo de vida que mayor impacto tiene sobre el envejecimiento. Mantenerse activo mejora la circulación y la oxigenación de los diversos órganos y tejidos con lo cual estos mantienen un mejor aporte de oxígeno y nutrientes, al tiempo que se favorecen los procesos de eliminación de distintos desechos como los radicales libres que cada día están más relacionados con el hecho de envejecer.

El ejercicio contribuye además a mantener el tono y fuerza muscular lo que indirectamente protege a las articulaciones, esto es fundamental para mantener la capacidad de movimiento al alcanzar edades avanzadas, lo que a su vez es un factor clave para mantener la independencia, un don muy preciado en el adulto mayor.
2.      Alimentación balanceada
La forma en la que nos alimentamos es sumamente importante, el gran aumento en el número de casos de enfermedades como la diabetes, el hiperinsulinismo, la resistencia a la insulina o el síndrome metabólico se origina precisamente en los malos hábitos alimenticios, especialmente en personas con una alta ingesta de grasas y carbohidratos, lo que se ve agravado si además existe una tendencia al sedentario.

La mala alimentación favorece el desarrollo de obesidad que a su vez ocasiona una sobrecarga mecánica que afecta a articulaciones como la rodilla y las uniones entre las vértebras en la columna lumbar, lo cual hace que se desarrollen enfermedades como la artrosis de rodilla, artrosis de columna o espondiloartrosis y la aparición de hernias discales que finalmente afectarán la marcha y el equilibrio llevando a una serie de complicaciones, producto tanto del efecto de las lesiones en si sobre la deambulación y la discapacidad asociadas, así como por efectos secundarios de los medicamentos para el dolor que estos pacientes reciben por tiempos prolongados.

La obesidad también se relaciona con el desarrollo de algunos tipos de cáncer como el cáncer de endometrio, cáncer de mama, cáncer de esófago  cáncer de colon, enfermedades que pueden acortar enormemente la expectativa de vida de los pacientes que lo padecen.
3.     Evita abusar del sol
La exposición sostenida o frecuente a la luz solar, especialmente cuando se hace sin protección contra las radiaciones ultravioletas, aumenta el riesgo de desarrollar lesiones de piel producto del proceso conocido como fotoenvejecimiento, que se caracteriza por manifestaciones como sequedad de la piel, adelgazamiento y la aparición de manchas marrones que progresivamente van aumentando en número y tamaño hasta prácticamente cubrir los brazos, cuello, parte alta del tórax y rostro.  Estos efectos se hacen más evidentes al comparar la piel de los brazos con la piel del abdomen en los ancianos, siendo muy notoria la diferencia entre dos partes distintas del cuerpo en una misma persona lo cual no se explica sólo por la edad.

Los daños producidos por el sol son acumulativos y no desaparecen, en ocasiones las lesiones van más allá, produciéndose algunos tipos de tumores malignos como el cáncer basocelular, espinocelular e incluso el temido melanoma maligno.

Por todas estas razones debes evitar exponerte a las radiaciones solares, especialmente hacia las horas del mediodía y si vas a hacerlo a siempre un protector solar y aplícalo con frecuencia.
4.     Haz todo lo posible para evitar una caída
Las caídas son responsables de una gran cantidad de lesiones de gravedad variable que impactan de forma negativa en la calidad de vida futura. Las caídas son responsables de lesiones como esguinces, fracturas, fisuras, desgarros musculares, tendinitis e incluso lesiones de vasos sanguíneos y nervios periféricos.

Algunas de estas lesiones puede acompañarse por secuelas en el futuro, o bien ser objeto de complicaciones como el dolor crónico o el síndrome de distrofia simpático refleja, producto de una lesión nerviosa que llevara a quien lo padece a sufrir de dolor por mucho tiempo, incluso años, que se acompaña por los trastornos que normalmente se asocian con el dolor crónico como son el insomnio, la ansiedad y la depresión, todos ellos con un profundo impacto negativo sobre los años futuros.
5.     Evita el cigarrillo
El hábito de fumar cigarrillos tiene un impacto negativo sobre la salud, no solo se trata de una mayor riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón, más allá de eso el cigarrillo aumenta el riesgo de padecer  arterioesclerosis, una enfermedad que obstruye las arterias afectado el transporte de oxígenos hacia los tejidos lo cual hace que se deterioren, además de aumentar el riesgo de condiciones como los infartos cardiacos y accidentes cerebrovasculares.

Otra condición asociada con el hábito tabáquico es el desarrollo de bronquitis crónica, que afecta enormemente la calidad de vida de los pacientes quienes se ven incapacitados para llevar a cabo cualquier tipo de actividad por la asfixia constante y permanente.

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