Cómo preparar un risotto al vino blanco
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Cómo preparar un risotto al vino blanco
Preparar un risotto al vino blanco no resulta tan complejo como pudiera parecernos a simple vista. Además el esfuerzo bien vale la pena, pues es un plato exquisito y a todos fascinará. Para facilitar el proceso lo mejor es tener todos los ingredientes a mano. Recuerde igualmente que de la calidad del vino blanco dependerá en gran parte el mejor resultado.
El risotto es un plato ideal para aquellos momentos especiales o cuando queramos sorprender a nuestros seres queridos. Su preparación es práctica y no requiere ingredientes demasiado complicados. Admite una amplia variedad de presentaciones que le otorgan una versatilidad ideal para la cocina. De su propia inspiración puede generar nuevas recetas o realizar combinaciones de una u otras conocidas. Lo importante es darle a la mesa un toque distinto de vez en cuando.
Ingredientes
Para preparar un risotto al vino blanco simplemente se requiere una cebolla grande, un ajo, arroz (preferiblemente para risotto). También caldo de pollo, vino blanco, 100 gr de mantequilla, aceite de oliva, queso parmesano. Sal y pimienta para darle el toque final.
Como podrás notar, la cantidad de ingredientes para este risotto es muy básica. Por lo tanto se convierte en una excelente opción cuando se dispone de poco tiempo para cocinar. O bien es la receta perfecta para quienes no son unos expertos de la cocina.
Preparación
Para empezar a preparar el risotto al vino blanco se trocea la cebolla en cubos pequeños, al igual que el ajo. En una olla caliente agregas mantequilla junto a una pizca de aceite de oliva. Espera a que la mantequilla se derrita para incorporar el ajo y la cebolla hasta que adopten una textura transparente. Mientras tanto, vas preparando el caldo aparte.
Aprovecha para incorporar la sal y pimienta a la cebolla y el ajo. Pon a sellar el arroz (esto se hace con el objetivo de que retenga el almidón) hasta que adquiera un tono transparente. Lo haces en el mismo sofrito que tienes de cebolla y ajo. Añade el vino blanco y mezclas hasta que el vino se haya evaporado.
El siguiente paso en la preparación del risotto al vino blanco es agregar el caldo sin ahogar el arroz. Calcula 3 tazas de caldo por cada taza de arroz. Necesitarás, a partir de este momento, revolver el arroz al mismo tiempo que agregas poco a poco la cantidad de caldo. Espera una primera cantidad se seque para seguir añadiendo más líquido. Cuando se nos haya agotado el agua y todo esté seco, habremos terminado.
Finalizas la preparación del risotto al vino blanco cuando añades 50 gr de mantequilla y queso parmesano al apagar el fuego. Revuelve y lo dejas reposar por 3 minutos como máximo.
Con este último paso queda listo el risotto, un plato delicioso ideal para deleitar a esa persona especial. También rinde lo suficiente como para sorprender a la familia en general.