Las bacterias encuentran muy cómodo los lugares húmedos y frescos, así que un cepillo de dientes se puede volver un lugar idóneo para su propagación. La enfermedad más común que se contagia por este medio son los resfriados. Así que para mantener a ti y a tu familia a salvo de estos gérmenes puedes seguir estos sencillos pasos, que no toman mucho tiempo.
1. – Comienza por lavarte las manos con agua tibia, antes y después de usar el cepillo dental. Con esto evitas que las bacterias se transmitan cada vez que lo toques.
2. – Con esa agua tibia frota el cepillo, con el pulgar de arriba hacia abajo, para ablandar sus cerdas y facilitar la caída de residuos, una vez terminado, cambia la temperatura del agua a fría y repites el proceso, pero esta vez para reafirmar las cerdas y eliminar cualquier residuo restante.
3. – Usando enjuague bucal antibacterial remoja el cepillo de dientes en el, por 30 segundos, esto ayuda a eliminar la mayoría de las bacterias.
4. – Otra opción es poniendo dos cucharaditas en una taza con agua tibia, deja el cepillo de dientes en el líquido toda la noche. Esto lo puedes hacer todos los días.
5. – Toma en cuenta de que debes cambiar tu cepillo dental cada 3 o 4 meses, igual para los cepillos dentales eléctricos.
6. – Otro consejo muy útil para evitar la transmisión de gérmenes entre los cepillos es evitando que estén juntos, por ejemplo, no poniéndolos en un mismo vaso, ya que pueden llegar a rozarse entre sí.
7. – Después de haber usado el cepillo se sugiere que lo dejes secar lejos del retrete, ya que las gotas de ahí logran quedar flotando después del descargue de la cisterna. Puedes sostenerlo bajo un ventilador y esperar a que se seque lo más posible, nunca uses una toalla, porque estas siempre están en contacto con la piel.
Cuidar de la limpieza de los cepillos de dientes puede parecer muy superficial, pero no, las bacterias y gérmenes pueden vivir en cualquier tipo de ambiente, siempre y cuando lo permitas y lo facilites.