Cómo hacer un exfoliante casero
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El cuidado de nuestra piel y cutis debe ser un hábito. Debemos tener una rutina de belleza que incluya limpiezas profundas, hidrataciones y humectación. Así le brindamos los nutrientes que necesita para su recuperación y cuidado. El ambiente y el maquillaje nos causan graves daños en la piel, obstruyendo nuestros poros y evitando que esta se oxigene. Muchas veces no contamos económicamente con los recursos para comprar cremas reparadoras, humectantes o exfoliantes costosos, aun cuando sean muy efectivas.
Es por eso que hoy te enseñaremos a cómo hacer un exfoliante casero, que no solo es útil por lo económico que sale, sino que sus ingredientes los tendrás al alcance como lo está tu cocina. Los exfoliantes caseros se caracterizan por tener ingredientes naturales que nutren y cuidan la piel de manera directa y sin efectos secundarios.
Utensilios a utilizar
Lo primero que debes tener a la mano cuando hagas tu exfoliante casero serán los siguientes utensilios. Un envase para mezclar, una cuchara, e instrumentos para limpiar, además de los ingredientes. Uno de los exfoliantes más eficaces y económicos que puedes encontrar es el de avena, miel y sal. Este exfoliante es muy suave y puedes usarlo en la piel del rostro. Que, a diferencia de la piel del resto del cuerpo, es más delicada y sensible.
Los pasos a seguir
Mezcla en un recipiente 1 cuchara de sal, 1 cucharada de miel y 2 cucharas de avena, hasta formar una pasta. Aplica la pasta en el rostro, masajeando de forma circular. Deja actuar la mascarilla por unos minutos. Enjuaga con agua tibia para que los poros se abran y la limpieza sea más profunda.
Este exfoliante casero te garantiza una limpieza sin irritaciones. Retirarás las células muertas de la piel y los residuos de maquillaje. Lo que permite que la piel se oxigene y pueda nutrirse con las lociones y cremas humectantes que aplicarás luego de la exfoliación. Siempre utiliza productos especializados para el rostro. La piel allí es más delicada y propensa a sufrir daños permanentes.
Este exfoliante puede ser usado en pieles grasas, normales, secas y mixtas. Sin embargo, si tu piel es sensible, es mejor que no uses un exfoliante casero. Consulta a un especialista que te aconseje cual es el producto ideal para tu tipo de piel. Recuerda que el uso excesivo de exfoliante puede resultar perjudicial para la piel. Esta necesita mantener sus aceites naturales para conservar su elasticidad y lozanía.