Cómo aprender a decir no

Aprender a decir que no, parece una acción negada para los buenos corazones. Pero cuando los buenos corazones terminan haciendo el trabajo del compañero que se va de pinta, las tareas al amigo que no le gusta ser responsable, a la cabeza de la junta vecinal, o cuidando a los sobrinos cuando tenían planes hechos, preguntarse si se está siendo demasiado bueno con los demás comienza a rodar por la mente.

Cómo aprender a decir no

A la larga, no saber decir que no a las solicitudes que los demás te hacen, puede ocupar mucho tiempo, agotarte, generar responsabilidades que en primer lugar, no eran tuyas, y terminar esforzándote demasiado para cumplir y no quedar mal. Ahí es a donde vamos:

Por qué siempre dices sí a las cosas que no deseas hacer.

  • No quieres desagradar. Ser agradable no es dejarte quitar el tiempo libre. Ni tampoco es ceder ante las cosas que no deseas hacer. Ser agradable tampoco es colaborar en todo lo que no puedas, sólo para que alguien más pueda dedicarse a… no cumplir. Ser agradable es respetar a los demás, interesarse en ayudar sólo si te es posible, en tu justa medida y no estorbando a los demás. No estás desagradando más diciendo “no”, que diciendo “sí” y sabiendo que no podrás cumplir.
  • Te da temor expresar una negativa y quedar como un mal amigo. Un mal amigo es aquel que embauca, traiciona y habla mal a tus espaldas. Negarte a hacer algo que no estás en disposición de hacer, porque no puedes, no quieres, o no tienes tiempo, es ser honesto. Y siempre es mejor un amigo sincero, que alguien que te encaminará al desastre, diciéndote que te va a ayudar. En este caso, vale más la intención de no defraudar, que tener la culpa de no haber podido ayudar.
  • Tienes debilidad de carácter. O eso crees tú. Hay gente que tiene un poder de sugestión tan grande, y usa tantas herramientas para convencerte de acceder a sus peticiones, que es mejor prevenir. En seguida te diremos cómo decir no, y evitar aceptar en el intento.

Estrategias para decir no, y mantener la negativa.

  • No des detalles, ni des excusas. Cuando alguien llegue a ti pidiendo algo que no puedas o quieras hacer, sólo di que no puedes ayudar esta vez, y, sin mayores detalles, di que estás ocupado, o no tienes el tiempo. No se te ocurra dar explicaciones. Así sólo lograras que usen en tu contra los argumentos que digas. Ejemplo: Si te piden cuidar un niño, y dices que no puedes, porque estarás cuidando a los tuyos, vas a terminar teniendo una cita de juegos entre tus hijos, y quien en un principio no querías cuidar.
  • Pasa el balón. Quieres ayudar, no quedar como el mal amigo. Aporta una solución: propón a alguien más para que le pidan el favor de hacer las cosas. Tú, no puedes esta vez.
  • Sé sincero. Para aquel ser que con el tiempo se hizo respetar, la sinceridad es el arma para disuadir a los que piden favores como oficio. Aprender a decir que no, porque no deseas hacerlo, quieres descansar, o sencillamente decir que no vas a cumplir porque en realidad, no vas a asumir más responsabilidades ajenas, no está mal. Tú ayudas hasta donde puedes, pero cuando no te parece, no te parece y ya.

Cómo aprender a decir no

Recuerda, nada de remordimientos: tienes derecho a no querer cargar más que con tu propio equipaje, dirigir tu vida, y no aceptar actividades, responsabilidades y compromisos que no quieres tener. Aprende a respetar tus propios deseos, y hacer que los demás los respeten también ¡está en ti hacerlo! ¡Mantente firme!

 

 

 

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